Datos básicos, informaciones, historia, empresas, fotografías, comercios y temas relacionados con la localidad vasca de Tolosa
Datos básicos de Tolosa:
A 26 kilómetros de San Sebastián, con estación servida por el ferro-carril del Norte. La antigua capital de Guipúzcoa, residencia de la Diputación Foral hasta 1874 está situada al pie de los montes Hernio e Izturi, inmediata a la hermosa vega de Lascoain y en las márgenes del río Oria.
Túvose noticia auténtica de esta villa por carta-puebla del rey Alfonso el Sabio (1236). Alfonso IV le concedió algunos privilegios, entre ellos uno disponiendo que todas las mercaderías de Navarra y Aragón para los puertos de Guipúzcoa, pasaran por esta villa, confirmando tan importante privilegio sus sucesores, y a su favor, Tolosa curtida de buenos muros se hizo considerable, cabeza de un extenso distrito y de numerosas poblaciones. En la época de su apogeo político era una de las cuatro poblaciones en que debía residir el Corregidor con su tribunal durante tres años y la Diputación provincial. Así mismo se fijó en Tolosa el archivo y depósito de todos los diplomas, escrituras y reglamentos de la Diputación, como también el almacén de armas y munición de guerra. Esta villa podía formar un batallón de 1.500 hombres armados y equipados, y al valor de sus vecinos se atribuye en gran parte la victoria conseguida por los guipuzcoanos sobre los navarros y franceses en 1321 en el valle de Beotivar, entre Berástegui y Tolosa, a tres kilómetros la última. Aunque no tuvo esta batalla la importancia excepcional que algunos atribuyen, Tolosa quiso perpetuar la memoria de aquella hazaña, celebrándose desde entonces anualmente el día de San Juan públicos regocijos.
Las primeras ordenanzas municipales de la población que reseñamos fueron aprobadas por Alonso XI y confirmadas por sus sucesores. En 1391 se congregó en esta villa la junta general de Guipúzcoa para la defensa de sus libertades, oponiéndose a la exacción de 100.000 maravedís que pretendía cobrar de ella Enrique III, pero desistió al enterarse de las inmunidades de la provincia.
En 1430 los vecinos de Tolosa con otros guipuzcoanos y beaumonteses se apoderaron de Aleso y Leiza, aprovechando la guerra de Castilla con Aragón y Navarra, concediéndoles el monarca castellano siguiesen disfrutando del aprovechamiento de ambos lugares navarros, cuyas fortificaciones juntamente con las de Larraun, Gorriti y Lecumberri, habían sido destruidas por los guipuzcoanos en el intermedio de aquella guerra.
En 1457 Enrique IV mandó derribar la casa fuerte de Zaldivia, sita en Tolosa; en razón a los trastornos ocasionados por las parcialidades de Oñacinos y Gamboinos.
En 1512 encargó el Rey Católico la defensa de esta villa a Bernardino de Lezcano, temiendo fuese invadida por el ejército francés, que mandado por el Duque de Borbón, trasmontó el Pirineo. Sus vecinos, capitaneados por Iñigo Martínez Zaldivia, tuvieron mucha parte en la derrota de la retaguardia de este ejército al retirarse de San Sebastián. Sobresalieron también las armas de Tolosa en la célebre batalla de Noain (1521) en que fue batido nuevamente el ejército francés.
Desmembróse en 1532 de su jurisdicción al pueblo de Villabona y en 1614 Alegría, Albiztur, Alzo, Amézqueta, Abalcizqueta, Amasa, Anoeta, Andoain, Baliarrain, Berástegui, Elduayen, Icazteguieta y Orendain, que fueron hechas villas por Felipe II.
Su batallón se redujo entonces con motivo de esta importante desmembración a 600 hombres, no obstante lo cual, su gente de armas prestó todavía señalados servicios en la toma de Zocoa y Ziburu (Francia) y en el sitio de Fuenterrabía (1638) en que guardaban el puente de Mendolo, cerca de la plaza.
En 1719 entró en Tolosa el general francés Silly con 500 caballos y 2.000 infantes. Llegada la heróica guerra de la Independencia, contra la invasión francesa de 1808, Tolosa reprodujo de un modo eminente sus antiguas y repetidas muestras de su genio independiente y virtudes cívicas.
En la primera guerra civil le cupo también una parte muy activa, habiendo sido ocupada también por los carlistas, que demolieron las fortificaciones, permaneciendo en dicha villa durante algun tiempo el Pretendiente. En la última guerra fijó también D. Carlos su cuartel general en la repetida población.
Y por último, ha sufrido esta importante localidad terribles inundaciones a causa del desbordamiento del Oria, siendo las principales las ocurridas en 1678, 1762 y 63, 1787, 1801, 1831, 16 de Setiembre de 1862 y 4 de Junio del corriente año.
Sus calles son en general estrechas y poco regulares, pero se encuentra en ellas algunos edificios notables, entre los que merecen citarse la Casa Consistorial, el Colegio de Escuelas Pías, el Juzgado de 1ª instancia, la Torre de Andia y el palacio de Idiaquez, amén de muchos edificios particulares de bellas formas y sólida construcción.
La iglesia parroquial bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción es una de las más notables de la provincia. Fue restaurada por el arquitecto D. Silvestre Pérez. El nuevo órgano que posee este templo se inauguró en 1885, siendo su coste de 36.000 poesetas, bastando con decir que es una verdadera obra de arte. También es digno de mencionarse el templo de San Francisco, situado en el camino de Castilla.
Los paseos, además del prado de Igarondo, son dos: señalando especialmente el del Tinglado, paseo cubierto en la margen del Oria, desde cuya galería se descubren preciosísimas vistas.
El Colegio de Escuelas Pías, en el que se dan los estudios de 1ª y 2ª enseñanza a internos, medio-pensionistas y externos, y a los niños pobres de la localidad, está holgada y convenientemente instalada en el palacio de los Sres. Marqueses de Vargas, ocupando una situación pintoresca, a orillas del Oria, rival de los mejores paisajes suizos.
En la actualidad, Tolosa es sin disputa el centro industrial de Guipúzcoa. Cuenta la antigua capital con un elemento valiosísimo: el agua abundante como motor; que abarata en proporción considerable el coste de producción. Todos se aprovechan del caudal del Oria, aunque algunos en determinadas épocas del año en que la fuerza de la corriente no basta para hacer funcionar a sus grandes aparatos, necesitan la eléctrica, que al mismo tiempo mantiene el alumbrado de la población. Pasan de 2.500 los operarios de ambos sexos que se emplean en las fábricas de esta villa.
Entre los ilustres barones de que ha sido cuna mencionaremos a los famosos militares Antonio Domenjon, Juanes y Martín Ruiz de Yurramendi, Alberto Pérez de Régil Y d. Pedro Aramburu; a Fr. Francisco de Tolosa, obispo de Tuy, autor de las Demostraciones Católicas; el célebre abogado Martínez Zaldivia que escribió Las Antigüedades y cosas de la provincia de Guipúzcoa; a don Diego de Lezcano, autor del Ensayo sobre la nobleza de los guipuzcoanos y a Domenjón González de Andia.
A la izquierda podemos ver una imagen del busto del vasco Iraola, fundador de la Tolosa de Argentina (foto enviada por Roberto G. Abrodos). El resto de las fotos de Tolosa realizadas por LASOnet.